Un ocular es una pieza imprescindible que todo astrónomo aficionado debe tener en su equipo de observación. El ocular no es más que una especie de lupa que se encarga de ampliar la imagen generada en el plano focal por el telescopio. Independientemente del tipo de ocular y del número de lentes por el que esté constituido, todo ocular consta de dos lentes principales: la lente de campo (dirigida hacia el plano focal del telescopio) y la lente del ojo (por donde, obviamente miramos). Es ésta última la que más sufre por el uso: el polvo, la humedad ambiental o la grasa de las pestañas pueden ensuciar el ocular y hacer que no rinda como debiera.
Si vemos que nuestro ocular tiene polvo o está manchado por la grasa de las pestañas,
procederemos a su limpieza. Limpiar un ocular es sencillo, pero hay que hacerlo con cuidado para no estropear el “coating” o rallar las lentes. Así pues: ¡¡nada de limpiar el ocular con el jersey que llevamos puesto!!. Esto se aplica tanto a los oculares más básicos y más baratos del mundo como para aquellos cuyo precio es prohibitivo. ¿Qué necesitamos para limpiar un ocular?
– Perilla de aire.
La usaremos para eliminar el polvo que haya acumulado en el ocular. Imprescindible usarla antes de pasar cualquier otro elemento. La perilla se puede conseguir en una farmacia y también en establecimientos para material fotográfico.
Figura 1. Kit típico de limpieza para material fotográfico.
– Lenspen.
Se trata de un accesorio muy útil que tiene el aspecto de un bolígrafo. Consta de dos partes. Por un lado, un cepillo de pelos muy suaves (necesario para eliminar las motas de polvo más rebeldes, aquellas que no salen con la perilla de aire). Por otro lado, tiene una almohadilla muy suave hecha con partículas de carbono que se utiliza para eliminar pequeñas manchas de grasa. El lenspen lo venden en tiendas de accesorios fotográficos, normalmente en un kit que incluye la perilla de aire y una gamuza.
Figura 2. Lenspen
– Disolución de limpieza.
He aquí el meollo de la cuestión. La disolución debe contener agua y un alcohol. Hay distintas opiniones sobre cuál debe ser la composición adecuada de la disolución de limpieza: gente que prefiere agua y etanol, gente que prefiere agua e isopropanol, gente que prefiere las tres cosas, gente que prefiere más alcohol que agua y a la inversa. La mezcla que recomendamos es: tres partes de agua (destilada) y una de isopropanol. El agua destilada se obtiene de supermercados, pero sería más recomendable obtenerla de una farmacia (donde la usan de mayor pureza). El isopropanol se puede obtener de un proveedor de material para laboratorio o de una farmacia.
NOTA: hay que usar 2-isopropanol y no 1-isopropanol (éste es ligeramente corrosivo).
– Toallitas de papel.
Recomendamos las toallitas de VWR (referencia 115-0202) que se obtienen de VWR que se encarga de distribuir material para laboratorio. Son toallitas de un papel muy suave y absorbente. No rallan. Una caja tiene 280 toallitas, suficientes para limpiar oculares toda la vida. Una alternativa más facil de conseguir es el papel de los kleenex. Basta coger uno, separarlo en sus capas y usar una de ellas para limpiar.
Figura 3. Toallitas de papel VWR
– Gamuza.
La usaremos únicamente para limpiar el cuerpo de los oculares. La gamuza que viene con las gafas (si usas, claro) es muy adecuada. También lo es la que acompaña al kit que contiene la perilla de aire y el lenspens.
– ¿Cómo se limpia un ocular?
Primer paso: eliminar el polvo con la perilla. Cogemos la perilla de aire y echamos aire sobre la lente del ocular para eliminar el polvo. No apuntar al ocular con la perilla en vertical, mejor hacerlo formando un ángulo (45º más o menos). Ojo, no soplar con la boca que se nos puede escapar una gota de saliva y manchar más el ocular.
Segundo paso: ¿polvo rebelde?, a por el lenspens. Si tras aplicar aire con la perilla vemos que hay motitas de polvo rebelde que no se quieren ir del ocular, cogeremos el lenspens. Usaremos el cepillo para pasarlo por la superficie de la lente, siguiendo movimientos radiales. No seremos bestias y no apretaremos el cepillo. Debe ser una caricia para el ocular.
Tercer paso: eliminar la grasa. Si el ocular tiene pequeñas manchitas de grasa, podemos eliminarlas usando la almohadilla del lenspens, pasando ésta muy suavemente (siguiendomovimientos radiales) por la superficie de la lente hasta que veamos que la grasa ha desaparecido.
¿Hay mucha grasa en la lente?
Pues en este caso, disolución de limpieza. Para ello cogemos una toallita de papel y la humedecemos ligeramente en la disolución de limpieza. Pasamos la toallita húmeda por la superficie de la lente (nuevamente, suavemente y movimientos radiales) y eliminamos los restos de la disolución de limpieza con una toallita seca. Repetimos el proceso hasta que no veamos restos de grasa y de disolución de limpieza.
Cuarto paso: limpiar el cuerpo.No tiene mucho misterio, basta con pasar la gamuza para eliminar el polvo o marcas de dedos que haya en el cuerpo del ocular. Esto hay que hacerlo con las tapas del ocular puestos, para no manchar las lentes una vez limpias. Con todo esto, tendrás el ocular como recién salido de fábrica. Eso sí, recomendamos limpiar lo menos posible los oculares, sólo cuando sea imprescindible. Nuevamente, esto se aplica a oculares baratos, con más razón si tienes un ocular “pata negra”.
Esperamos que este artículo sea de tu interés.
Artículo realizado por David Fenosa García